Punto de muchísimo valor el que ha conseguido esta noche el Sevilla FC en Anfield. En un país en el que siempre se había ido de vacío en Champions League, los de Berizzo consiguieron desembarazarse del dominio de los reds del primer tiempo, aunque Ben Yedder había abierto la lata nada más empezar. En la segunda parte, un Sevilla mucho más sereno aprovechó el bajón del Liverpool para acabar igualando por medio de Correa y estrenar su casillero europeo en el desplazamiento, a priori, más comprometido de la fase de grupos.
El inicio no pudo ser más prometedor. Aunque el Liverpool ya dejó entrever que propondría un fútbol trepidante, la primera del Sevilla acabó dentro. Gran combinación de Correa, que abre para Escudero y el zurdo centra al segundo palo, donde Ben Yedder recibe solo para fusilar a Karius. Golpearon primero los de Berizzo, pero el Liverpool no estaba dispuesto a acusar el golpe y avisó muy pronto por medio de Mané y Firmino. La inercia del empate se acabó haciendo realidad y el propio Firmino, tras una pared y un centro de Alberto Moreno, lograba batir en el área pequeña a Sergio Rico.
Firmino y Salah, con la involuntaria colaboración de Kjaer, le dieron la vuelta al gol de Ben Yedder
El descontrol que quería el Liverpool reinaba y Emre Can tuvo en sus botas el segundo muy pronto, pero poco a poco el Sevilla pareció volver a controlar la situación a base de juego de toque. El chaparrón inglés parecía haber pasado, pero en esas llegó una jugada desafortunadísima que le daría la vuelta al marcarcador a diez para el descanso. Clara falta de Salah sobre Nzonzi en la presión que el colegiado no señala, el egipcio dispara desde lejos y el balón rebota en Kjaer para engañar a Sergio Rico y convertirse en el 2-1. Duros minutos para un Sevilla que además vio como Mané provocaba un claro penalti de Nico Pareja que, por suerte, Firmino envió al poste. Pizarro, que había dado señas de estar tocado mucho antes, tuvo que dejar su sitio a Sarabia antes del descanso.